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Disco Reflektor: Esperanzador en la escena musical contemporánea

No pocos expertos en música opinan que actualmente vivimos una recesión musical mundial que está haciendo que retomemos agrupaciones épicas como Pink Floyd, por ejemplo. Una vuelta que se ha manifestado en el resurgimiento de una neopsicodelia entre muchas bandas jóvenes. Dicho “estancamiento” de la creatividad humana, en cuestiones musicales y precisamente en la evolución del rock occidental se ve reflejado en una abundante variedad de agrupaciones nuevas que constantemente están apareciendo en los medios de comunicación masiva, pero con nulo impacto significativo para la memoria histórica como lograron hacerlo los maestros de la década del sesenta.

Por Josué David Piña

Por suerte, aún tenemos salvadores del rock y sus variantes. Este es el caso de Arcade Fire con Reflektor, un material que salió a la luz hace más de tres años (octubre de 2013). En lo personal, pienso que no ha aparecido otro que se le puede equiparar en cuanto a calidad musical. Claro que hay de gustos a gustos, pero lo cierto es que tres años es demasiado para un disco inmerso en un mercado musical contemporáneo que exige propuestas asimilables y sucesivas. No obstante, de las bandas aparecidas en la primera década del reciente milenio, es probablemente Arcade Fire quien  ha mantenido un éxito y aceptación importante, sin altibajas, desde la aparición de su primer disco. Esto no lo pudieron lograr, por ejemplo, The Strokes o Interpol, quienes después de su tercer álbum, su nivel musical empezó a decaer a tal grado de ya no ofrecer, en sus sucesivos materiales, la intensidad que producía entre los fanes: aquellos riffs minimalistas de Albert Hammon Jr. y Nick Valensi; o las melodías largas y melancólicas, pero efusivas de Daniel Kessler. Desafortunadamente, este ejemplo se repite entre varias bandas aparecidas en los últimos tiempos.

En la banda canadiense liderada por Win Butler y Régine Chassagne, este patrón parece no definirla. La originalidad con que se ha caracterizado desde su primer disco, Funeral (2004), persiste en su último material. Aunque contagiado por los sintetizadores oscuros y bailables de ambiente disco de la década de los ochenta con que ha resurgido abruptamente entre las bandas de la escena alternativa actual, en donde el abuso indiscriminado de pedales de guitarra como el delay o reverb persuaden sutilmente la carencia de talento tecnico las trece pistas que agrupan dicho disco nos muestran un  agregado original que destaca. A fin de cuentas ningún artista puede soslayar las influencias y modas de su tiempo. A los sonidos new wavers ingleses que en ocasiones hacen aludir a Depeche Mode y New Order, se integran ritmos caribeños que dibujan ambientes carnavalescos. Basicamente a eso suena Reflektor.

Es repetida la anécdota sobre la visita de la pareja a la Isla de Haití, de donde proviene la familia de Régine, pero creo que nunca se ha comentado sobre el proceso en el cual se materializó Reflektor. Me refiero específicamente al sincretismo cultural que pudo lograr la banda de Montreal en dicho material. Tal vez solo el disco de Abraxas de Carlos Santana y alguno otro de Mars Volta habían dado una propuesta así: fusionar tradiciones musicales latinas o de las Antillas con rock progresivo o psicodélico del mundo anglosajón. Claro que Arcade Fire no comparte ninguno de estos géneros, pero el resultado es idílicamente ingenioso y receptivo a ser escuchado. Un trabajo así es producto sólo de una sensibilidad congénita, de unas mentes creativas y abiertas a experiencias enriquecedoras; una cualidad que ha ido en detrimento y que se observa en el presente de la escena musical dirigida al consumo de masas.

Para mí Reflektor es muestra de un acervo intelectual producto de una visión inquieta. El disco, en tanto expresión musical, encierra una fuerte relación con algunas de las demás ramas del arte. Las letras de las canciones que conforman la discografía de Arcade Fire muestran un alto grado de complejidad que lo hacen acercarse a la creación literaria. El vocalista principalmente se ha empeñado en no caer bajo los elementos más básicos que componen una canción: estrofa-estribillo-estrofa-estribillo. En cambio Butler se ha preocupado por hacer de que cada una de sus canciones lleven una estructura narrativa. Además, sus constantes alusiones a la historia y a la mitología griega, le dan un aire de pastiche auditivo a este material.

Por último, a pesar de su éxito “comercial”, paradójicamente Arcade Fire se ha mantenido como una banda de rock independiente y alejado de las grandes disqueras. Ha demostrado que todavía se puede ir a contracorriente de las exigencias del mercado con una propuesta inventiva y llena de inspiración.  Celebro los más de tres años del debut de Reflektor haciendo una invitación de ser escuchado de inicio a fin.

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