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Homevideo: El día de la marmota

Uno de los problemas más grandes de la sociedad actual es la rutina, el problema del día a día, lo tediosa que tiene que ser la vida para poder vivirla.

Por Pablo A. León

El día se nos repite una y otra vez, siempre es lunes y pareciera que no hay forma de evitarlo. Eso es El día de la marmota: el maldito día que se nos repite, ese que odiamos, que no queremos que llegue porque es fome, porque es aburrido, porque ya lo hemos vivido antes, cientos de veces y nos carga, nos molesta que llegue otra vez.

El día de la marmota utiliza la fantasía para mostrarnos algo concreto, de carne y hueso: Un ser humano atrapado en su peor pesadilla, en una mala broma y debe enfrentarlo porque no le queda más remedio, porque es lo único que puede hacer. No hay forma de bypassear a la vida, de ganarle haciendo trampa, así que enfrentado a esa cruda realidad, el odioso protagonista se embarca en un viaje de superación personal, de mejora sistemática de sí mismo.

Comienza a darse cuenta que puede llegar a dominar su entorno si se lo propone, con buenas acciones, con una mejora genuina de ese yo maligno, de ese yo que lo mantenía atrapado en la rutina, de ese que no lo dejaba ver lo bueno de las personas. Tuvo que mejorar ese yo egocéntrico que no le dejaba ver el amor, el de verdad.

Muchas veces hemos soñado con obtener la formula, la respuesta, la clave para ganarle a la vida, para lograr el éxito genuino en la existencia. El día de la marmota te lo muestra, te lo entrega, te lo regala gratuitamente: Frente a tus ojos la respuesta final al objetivo de la vida.

Una buena película te puede mostrar el camino que debes seguir para lograrlo, para llegar donde quieres llegar, pero eres tú quien debe ponerse a caminar.