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Reseña: El mundo de Alain Johannes

Fue un 21 de marzo del 2019, ahí me encontraba expectante sentado en un bar poco antes de la media noche, de pronto oscuridad, se apagan las luces y el escaso momento de silencio es interrumpido por los gritos del público que comienza a enloquecer, – te apuesto que la mitad de los que están acá no saben lo importante que es lo que va a suceder – me dijo un sujeto que compartía mesa conmigo, y que razón tuvo, ni el efecto del alcohol que entorpecía su hablar, ni la bulla del resto de personas presentes podían opacar esa oración.

Por Cristobal Bustillos
Foto Barbara Molina

Alain Johannes sube al escenario junto a su banda que completan el trío, Cote Foncea y su hermano Felo Foncea, se coloca su guitarra y comienza a tocar. Poco menos de dos horas estuvo sobre el escenario, y me parecieron pocas, al final y al igual que el resto de personas presente, quería más.

Hasta un par de semanas antes de ir al evento, yo no tenía la dicha de saber quién era ese sujeto tan simpático y tan talentoso, para mi no era más que eso, y agradezco la oportunidad de haber estado sentado en el momento y lugar correcto, para dejarme deleitar por el misticismo y genialidad de una leyenda sin nombre, de una persona tan sencilla por fuera y tan enormemente increíble por dentro.

Cuando comencé a interesarme por la música rock y todos sus derivados, siempre escuché sobre Tom Araya, Alejandro Silva, Jorge Gonzales, solo por nombrar algunos, como exponentes chilenos que de alguna forma u otra, en menor o mayor medida, lograron superar las fronteras y volverse pseudo misioneros de la música chilena en el mundo, pero nunca escuché hablar sobre Alain Johannes, siendo que de las bandas típicas que uno conoce en un principio estaban Pearl Jam, Foo Fighters o músicos como Mike Patton, que, ¡vaya sorpresa! han colaborado con Alain.

Mi tarea entonces era descubrir quien es realmente Alain Johannes, y me sorprendió lo que encontré. Colaboraciones a montones (Pearl Jam, Foo Fighters, Queen Of Stone Age, Arctic Monkeys, entre otros), curiosidades como la de ser quién le enseñó a tocar el bajo a Flea, la importancia de su trabajo en Eleven y lo que significó como influencias posteriores en la música, el poder que tiene de hacer realidad lo que sueña, su peculiar instrumento que por ahí escuché que le dice cariñosamente “la caja de fósforos”, la sensibilidad que solo un músico de su calaña puede poseer, sus trabajos como productor, ingeniero de grabación o mezcla con artistas tan variados como Hilary Duff o Eagle Of Death Metal, entre otras muchas cosas más que lo hacen único. ¡Ah! antes que se me olvide, ¡es chileno! una vez más, otra razón para creer que no importa de donde seas, ni a donde vayas, lo que importa es lo que haces para hacer de este un mejor lugar para vivir, y Alain lo hace con su entrega total a la música.

Luego del concierto, me quedaron sensaciones y pensamientos en la mente que me gustaría poder compartir con ustedes. En primer lugar, me parece un músico excepcional, tiene un talento innato que sabe comunicarlo con sus liricas y su forma de tocar la guitarra, que a mi parecer es única, por el simple hecho de que es capaz de volverte loco y explotar tu cabeza con un riff a lo bruto, y después acariciar tus sentidos con una dulce melodía de blues. En segundo lugar, destaco su humildad, si bien es una estrella de rock con todas las de la ley, que perfectamente podría creerse una como tal, en presencia no intimida ni desagrada, por el contrario, invita a querer escuchar más y más su arte musical, como si se tratase de esa clase de personas que, con solo una mirada, una palabra o un gesto te hacen sentir extremadamente bien y confortable. Y finalmente, reconocer por sobre todas las cosas, que pasaran los años, y aun que Alain no se vuelva ni más popular ni más conocido de lo que ya es actualmente, seguirá siendo capaz de cautivar a nuevos oídos ingenuos que aún no lo conocen. Invito a todo aquel que no lo conoce a profundidad, escuche su música, busque discos y canciones que hayan pasado por la mente creativa de Alain, y si son personas a las que les gusta ver documentales, existen actualmente dos documentales dedicados al trabajo de él, que son piezas de arte indispensables para empaparse al máximo de lo que hoy quiero llamar, el mundo de Alain.

Que razón tenía el sujeto de mi mesa, yo era parte de esa mitad de personas que no sabían lo importante que era lo que estaba por ocurrir. No fue un concierto histórico ni mucho menos, pero fue un verdadero privilegio y sin exagerar, el estar presente aquella noche de buena música en el bar Trotamundos de Quilpué.

Escucha Luna a Sol de Alain Johannes Trío: