Columnas

Primera Persona Singular X – Parte I

Vamos en el autito, recorriendo Santiago. Suena la radio Paula en el equipo. En los semáforos, cuando suelto la mano de los cambios, Katya me da la mano. A veces, un beso. Sonrío.

Por: Sofía Arteaga

Pasamos al Alto, a comprar un pastel en esa pequeña pastelería que esta cerca del acceso. Elegimos una torta de hoja con frambuesas y crema pastelera. Katya compra un par de palmeritas y volvemos al auto. “Mi mamá te amará si le llevas este pastel. Es su favorito” confieso. “Tu eres mi torta favorita” me dice ella, mientras me mete un trocito de palmerita en la boca. Yo me atraganto de risa. Ella rie como gaviota perdida en el océano.

En el auto, nos besamos un poco con sabor a azúcar molida en los labios. Debemos ir. Que lata. El reloj del auto marca la hora. Merde. Con pesar, me separo de Katya y prendo un cigarro. Enciendo el auto y enfilamos a la casa de mis papás.

Vamos llegando. Nervios. Entro a la villa. Los guardias de rigor, haciendo el paseo de siempre, a paso cansino, con una placa ridícula colgando de sus uniformes y sus gorros celestes.

Entramos al jardín y estacionamos a la sombra de una jacaranda. Bajamos con el pastel y pongo la alarma.

Toco el timbre. Abre la nana. Saludos de rigor. Katya le pasa el pastel envuelto en papel kraft. “¿Dónde están mis papás?” le pregunto a la señora. “Están en la piscina, tomando el aperitivo” “Gracias. Vamos, Katya”

Hay sol y mi mamá está con un sombrero de ala ancha tomando un poco de vermouth con hielo. Mi papá está echado en su silla, fumando un puro y bebiendo un poco de whisky con hielo.

– Hola mamá. Hola papá- y les beso ambas mejillas a ellos. Se quedan mirando a Katya- Ella es una amiga que nos va a acompañar. Se llama Katya- les presento

– Hola mi linda (beso hueco en la mejilla de mi mamá)- dice ella- ¿Quiere tomar algo antes de comer?- ofrece

– No, muchas gracias- responde Katya.

– Con tu mamá estábamos preocupados por ti, hija- dice mi papá, mientras deja el puro en un cenicero de cristal tallado.

– No fue nada. ¿Va a venir la Maca con Gustavo?- pregunto

– Llamaron en la mañana avisando que no podían venir. La Maquita andaba con dolor de estómago, pobre niñita. Deben ser los nervios, ya sabes, por el matrimonio- responde mi mamá, mientras prende un Kent.

Nos sentamos entre ellos dos. Katya en silencio, analizando la situación. Mi mamá la mira, con cara de examinadora. Mi papá, indiferente, como siempre que esta fumando sus puros.

Llega la nana. “¿Quieren beber algo, señoritas?” ofrece. “Lo pensé mejor: tráigame algo para beber” dice Katya.

El ambiente se puede cortar con un cuchillo. Yo estoy acostumbrada, pero Katya, no.

Yo le pido un vermouth con hielo a la nana. Katya pide un vaso de Coca Zero con hielo. La nana se retira, presurosa.

– ¿Y usted, que hace, mijita?- pregunta mi mamá

– Yo estoy estudiando. Fotografia- responde Katya.

Prendo un cigarro.

(Continúa)

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.