Juana Molina despidió Halo en Matucana 100 con una jornada mágica

El pasado domingo, la explanada de Matucana 100 se convirtió en el escenario perfecto para el último ciclo de Halo, el celebrado disco que Juana Molina lanzó en 2017. Bajo el título de la gira “Adiós Halo de Pe a Pa”, la artista argentina se entregó por completo a su público, repasando el álbum en su totalidad e incorporando algunas sorpresas que mantuvieron a la audiencia en un estado de fascinación constante.

Foto Paula Merlo

A eso de las 21:30 Juana apareció en el escenario acompañada de su percusionista, recibiendo una cálida ovación de sus fanáticos, quienes no solo le brindaron cariño, sino también risas y complicidad durante los momentos más distendidos de la noche. La conexión entre la artista y su público fue palpable, marcada por los comentarios graciosos y el carisma natural de Molina, que hicieron de la velada algo más íntimo y cercano.

Musicalmente, el show destacó por la riqueza sonora que caracteriza el universo de Molina: texturas electrónicas hipnóticas, capas vocales envolventes y una percusión vibrante que marcó el pulso del concierto. Durante los 100 minutos que duró el espectáculo, los ritmos frenéticos y envolventes hicieron que el tiempo pareciera desvanecerse, dejando a los asistentes con ganas de más al final del recorrido.

Más allá de la interpretación de Halo, Juana dejó espacio para sorpresas musicales que celebraron su creatividad y virtuosismo, recordándonos por qué es una figura clave en la música experimental y de vanguardia en América Latina.

El cierre de esta etapa de Halo no fue simplemente una despedida de un disco, sino una reafirmación del legado de Molina como una artista que trasciende géneros y épocas. En Matucana 100, lo dejó más que claro: su música no tiene fecha de expiración, y su capacidad para hechizar en vivo sigue siendo inigualable.

El setlist incluyó 15 canciones, de las cuales 12 pertenecían a Halo, el álbum que dio nombre a la gira. Las tres restantes fueron algunos de sus temas más reconocidos, ofrecidos como un verdadero regalo para la audiencia presente en Matucana 100. Los asistentes, grandes conocedores de la obra de la cantautora, no tardaron en demostrar su entusiasmo y aprecio por estas sorpresas musicales.