The Jesus and Mary Chain en Chile: Alta entrega de distorsión
Nostalgia ochentera, noise rock, post-punk y shoegazing, eso es lo que se pudo apreciar en la presentación, corta pero intensa, de los escoceses de The Jesus and Mary Chain en Chile.
Por María de la Paz Roccolano
Atrás quedaron las melenas estrafalarias y los pantalones desaliñados, pero sin dejar de lado distorsión y los acoples deliberados tan característicos de la banda, y eso lo mostraron desde el primer momento que pisaron el escenario del Teatro La Cúpula de Santiago e interpretaron “Snakedriver”.
Sónica, saturada y distorsionada, la noche seguiría con “Head on”, del disco Automatic y “Far gone and out” de Honeys Dead (1992), brindando beats más pop de los que estamos acostumbrados a ver en la banda. La guitarra de Jim Reid se tornó protagonista en “Between planets”, para luego saltar a “Blues from a gun” y “Teenage Lust”.
“Sidewalking”, “Cracking up” y “All things must pass”, que vienen tocando desde la reunión del 2007 y que estaría incluida en un supuesto nuevo disco, serían las melodías que se meterían por nuestros oídos. “Some Candy talking”, “Happy When it rains” y “Halfway to Crazy” completaron la jornada y pintaron la cita con un clímax total.
En el tramo final, la emotiva “Just Like Honey” (recordada por integrar la banda sonora de Perdidos en Tokio de Sofía Coppola ) pone la calma y nos brinda un momento sublime justo antes del cierre.
Como encore: “The Hardest walk, “Taste of Cindy” y la última canción “Reverence”, uno de los cortes del disco “Honey’s Dead”, editado en 1992, recordó esas fiestas en los antros que se solía visitar en la adolescencia de muchos y cerró un show corto pero preciso.
Los hermanos Jim y William Reid, acompañados por Mark Crozer, el bajista Phil King y el baterista Loz Colbert, entregaron lo prometido, en resumen un show que tuvo como puntos centrales los discos “Automatic” y “Psychocandy”, una suerte de greatest hits en vivo de hora y un poco más de duración, en donde la oscura distorsión, los pedales excitados y los acoples intencionados cumplieron con las expectativas.
Como dato, al terminar su gira sudamericana (que los llevó por Chile, Argentina y Brasil) es la antesala de una serie de conciertos que darán en Inglaterra a fin de año para celebrar los treinta años de Psychocandy. El resultado final termina siendo un examen de la manera más textual posible en donde vive ese Noise Rock desde el hueso.
Foto por Carlos Müller