Festivales

Día 1 Primavera Fauna 2025: guitarras, distorsión y un sueño hecho realidad

El sol cayó temprano sobre el Parque Ciudad Empresarial, y con él comenzó oficialmente la primera jornada de Primavera Fauna 2025. El calor fue un protagonista más: de esos que te obligan a buscar sombra o refugiarte tras una cerveza fría. Pero nada detuvo al público que, desde temprano, llenó el recinto para reencontrarse con una de las citas musicales más queridas del calendario nacional.

Por María de la Paz Roccolano
Fotos por Sebastián Umaña

La jornada partió con los nacionales Fother Muckers, que parecían tocar con la energía contenida de una banda que vuelve a ocupar su lugar en la historia del indie chileno. Las primeras notas encendieron un sentimiento de nostalgia y celebración: canciones que marcaron una época y que, más de una década después, siguen sonando tan genialmente como entonces.

Luego llegó el turno de Yo La Tengo, que venía de presentarse la tarde anterior en el Parque de las Esculturas con un show más íntimo y mojado. Pero en Fauna todo fue distinto: el trío estadounidense cambió su setlist y desató una sesión de distorsiones y guitarras ruidosas que se expandieron como una ola eléctrica sobre el parque. Ira Kaplan, con esa mezcla de calma y furia que lo caracteriza, construyó paredes de sonido que recordaron por qué su música no envejece.

Desde La Plata, Él Mató a un Policía Motorizado trajo un bloque de intensidad emocional. Los argentinos, liderados por Santiago Motorizado, repasaron los himnos de toda su discografía: “Sábado”, “El tesoro”, “La noche eterna, además de las canciones de su último disco como “Diamante Roto” y “Tantas Cosas Buenas”. Cada acorde parecía conectar con un coro colectivo, ese que ya sabe cuándo gritar y cuándo dejarse llevar por la melancolía luminosa de sus melodías.

Más tarde, Mogwai envolvió el parque en una especie de trance sonoro. Su regreso a Chile fue un viaje sensorial, con guitarras expansivas y texturas instrumentales que parecían flotar sobre el calor del día. Una presentación que marcó el paso en una tarde cálida, donde cada crescendo se sentía como una catarsis colectiva.

Y entonces llegó James, una de las sorpresas más vitales de la jornada. Su carismático vocalista, fiel a su estilo, entregó todo: bailó, se lanzó al público y convirtió el show en una comunión abierta con sus fanáticos. Cada canción se sintió como una invitación a creer en la energía inagotable del pop y el rock británico.

El momento más esperado llegó con Stereolab, que regresó a Chile tras 25 años de ausencia. El público los recibió con una emoción contenida que explotó en los primeros acordes. La banda ofreció un set impecable, lleno de virtuosismo musical, en el que convivieron los clásicos con las nuevas composiciones de su nuevo disco. Fue uno de esos momentos que se sienten irrepetibles: la mezcla de historia, elegancia y sonido hipnótico que sólo Stereolab sabe construir.

Finalmente, la jornada cerró con los californianos Weezer, que coronaron la noche con un set repleto de clásicos y energía, celebrando los 30 años de The Blue Album ante un público que no dejó de cantar. Rivers Cuomo y compañía entregaron una presentación sólida y festiva, de esas que recuerdan por qué sus canciones se volvieron parte de la memoria colectiva de toda una generación.

Así terminó el día uno de Primavera Fauna 2025: con guitarras, calor, emoción y una sensación compartida de haber sido testigos de algo más que un festival. Una jornada que se movió entre el ruido y la nostalgia, entre el presente sonoro y los recuerdos que cada canción volvió a despertar.

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