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Música we love: Battles una banda más que transgresora

Para todos aquellos que gozan del frenesí infinito de la música, y que se transportan a la belleza donde están albergados los recuerdos, la imaginación y el ritmo. La música es una bella inspiración, reveladora, rebelde, demencial, sutil y que todo lo llena.

Por Eve Guzmán

El estar lejos de la patria hace sensibilizar aquello que era ajeno, los olores, las calles y el sentido diferente de cada cosa que conoces, ya no está esa esquina que sabes que al llegar te espera una florería o la virgen imponente arriba del cerro San Cristóbal, o nuestra preciosa impetuosa cordillera de Los Andes. Los empaquetadores del supermercado o el sonido de algún cantautor de los 80s en el supermercado mientras haces las compras mensuales.

En Madrid es diferente existe la sierra en vez de la cordillera, no hay cerro Santa Lucia ni zoológico arriba del cerro, por el contrario te encuentras con edificios y calles angostas ,tiendas, tiendas y más tiendas, la gente viste innegablemente bien. En el supermercado escuchas a Leonard Cohen y en alguna casa Battles. Lo que si sabemos es que la música se vive y lo maravilloso es descubrir estos nuevos pero desconocidos grupos para nuestras latinoamericanas tierras.

Battles es una banda que genera admiración, por hacer las cosas con una dedicación y esta forma tan Pro de pasárselo bien haciendo lo que aman. Los primeros sonidos recuerdan una mezcla entre un ritual de alguna tribu mientras en el micrófono alienígenas que se quieren comunicar con los terrícolas, te transportan al frenesí y a la efervescencia del momento, justo ahí donde comienza a crecer la música junto a todos los instrumentos profundamente sincronizados y confabulados.

Entre estos señores, de extensa trayectoria y de origen neoyorkino, se encuentran conocidos músicos, como el ex-Helmet, John Stanier en batería; el ex-Don Caballero, Ian Williams en la guitarra; el ex-Lynx, Dave Konopka segunda guitarra, y Tyondai Braxton (hijo de Anthony Braxton, músico de jazz de vanguardia) quien también toca guitarra, además de ocuparse de los teclados y las voces.

No es lo mismo oír a un grupo nice, que oír a una banda que experimenta y que transporta con cada uno de los instrumentos. Los acordes de guitarra vuelan la mente, al mismo tiempo que el tipo en los teclados sabe hacer lo suyo. Proyectan que su trabajo es un goce y se hacen dueños de ello.

Suben al ritmo de escalón y bajan muy de a poco a una nueva melodía, como si la batería del Walkman se estuviera agotando muy lento, contemplativo y de nuevo frenético, rápido que cambia y te transportan a la luna, la arena, el agua, el océano pacifico y el atlántico.

Cierras los ojos y sientes como cada instrumento y cada base te envuelven para arrastrarte al movimiento improvisado de los músculos. Vamos a escuchar este grupo que no tiene miedo a hacer este tipo de música experimental, que cambia de ritmo, de tiempo, de melodías. Buena música mezclada con una selecta puesta en escena. videos pulcros, minimal, luces blancas que cambian de sintonía junto con la con el ritmo. Definitivamente sonidos que tele-transportan a algún escenario y que dicen ¡vamos a bailar y despeinémonos un poco!!.

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