Mi amigo Invencible
Entrevistas

Entrevista con Mi Amigo Invencible: El grupo argentino presenta Dutsiland y visita Santiago

Mi Amigo Invencible revalida su carácter referencial en el indie rock hispanoamericano: Dutsiland se llama su octava entrega producida por Luke Temple (Here We Go Magic) y mezcla de John McEntire (Tortoise, The Sea and Cake). 

Por Ricardo Cabral
Fotos: Nora Lezano. 

MI AMIGO SOL 

Una tarde de primavera de 2013 en el Club Cultural Matienzo de la ciudad de Buenos Aires un puñado de bandas se presentaba en el marco del Turdera Fest. La cosa venía medio plancha hasta que… algo inusual sucedió entre el público: sonaron los primeros acordes de un grupo sin presentación previa, la pista se encendió con danza furtiva, tiernos y apasionados besos, y arengas con argot cuyano. Voces en alternancia, base percursiva con “airecitos” folclóricos y una algidez eléctrica rockera para el desmadre avivaban la tertulia.

La historia de Mi Amigo Invencible comenzó a escribirse más atrás todavía, con vista a la montaña mendocina (en el centro oeste argentino), y hasta el primer disco Guaper La tenaza que corta el alambre del corral (2007) ni siquiera contaba con tan auspicioso nombre. ¿Qué mierda es “Guaper”? “Un personaje de mi infancia que se coló en varios discos de la banda”, responde sintéticamente Mariano Di Cesare, cantante y guitarrista del grupo, también artífice de un proyecto en paralelo, El Príncipe Idiota.

“En aquel momento tocaba solo y grabé con algunos amigos que luego serían parte de la banda como Nico Voloschin y Mariano Castro. Entonces buscaba un nombre que representara esa nueva comunión”, relata Di Cesare sobre el primer álbum y el origen del nombre de la banda, que resulta poéticamente arrollador al presenciar sus shows en vivo o en la confortable escucha hogareña. Hay una impresión colectiva que a la luz de los años pervive con toda su fuerza y decanta en Dutsiland, su último trabajo de estudio.

Aquellos primeros trazos le deben mucho al entorno cuyano, lindando con la cordillera y ríos de deshielo, también con imaginarios que a diferencia del indie capitalino ha prescindido de la figura triste del adolescente tardío. “La melancolía ya no es una buena amiga” disparan en la canción “Hacernos extraños”, del álbum Relatos de un incendio (2011). Se transmiten otros pesares animados por el fuego ríspido, pero con distancia del existencialismo egoísta.

La banda es hoy un septeto integrado por Leonardo Gudiño en percusiones, Juan Pablo Quatrini en bajos, Mariano Castro en voces, Pablo Di Nardo en sintes y pianos, Arturo Martín en baterías, Nico Voloschin en sintes y guitarras, y Mariano Di Cesare en voces, guitarras y fxs. Para más datos de su historiografía recomendamos leer la exhaustiva nota que recientemente hizo Santiago Segura para La Agenda.

UN VERANO EN DUTSILAND 

La nueva entrega suena sofisticada, sin solemnidad ornamental, con pasajes conmovedores. Versos directos, metáforas y literalidad que aluden a la sobredosis de información, el histriónico exceso de las metrópolis, la adusta presencia de la noche y un particular anhelo por el verano. “Todo pasará / todo pasa” sintetizan hacia el final, un “All Thing Must Pass” alla MAI, donde un torbellino de conmoción se diluye y prosigue hacia un tamiz de elevados sentimientos.

-A los bifes: hay nuevo disco con un nombre algo extraño, elusivo, de pura fantasía. ¿Dónde queda Dutsiland?

En los 33 minutos que dura el disco, hay que viajar hasta ahí.

“Un poco de silencio y un pan para tostar / mamá te ves cansada de tanto improvisar / No sé cómo pero lo haré / y una mañana vas a estar / ese lugar que tanto hablás / no quedará tan lejos”.

-La apertura es con “Desayuno continental” y quedan resonando los versos “Si es cerca del mar / mucho mejor”.

Ese lugar es Papudo, en Chile. Mi mamá siempre dice que es el lugar al que iría si un día vende todo en Mendoza y se va a descansar junto al mar. Está todo bien con la montaña pero el mar es lo más lindo del mundo. 

Ay con estos uónes: será imposible olvidar las guitarras que completan el primer viaje, y más  aún la resonancia profunda del candor familiar. Quizá la misma que atraviesa el desarraigo de otro coterráneo pero de la generación que sucede a MAI, Simón Poxyrán (de Perras on the Beach), en la canción “Capital”: “Tanto cemento me hace ir más lento / si no hay montaña no hay verdad (…) extraño mucho a mi mamá”.

En la traducción de MAI esa percepción citadina resuena en los versos distorsionados por el autotune en “Beberly G.”: “Veo la gente pasar por la ciudad / me pregunto cómo hacen / para surfear esa ola de mierda / siempre esperar / no quiero ser parte del malestar / Un grano de arena es mucho / lejos de la playa”. La vida cotidiana en la metrópoli definitivamente no es fácil para los “del interior”, aunque la persistencia tiene premio.

SIN INDIEFERENCIA

-Se ha hablado largo y tendido ya sobre el “indie manso”, ¿hay algo más para decir?

-No queremos hablar de eso, nos parece que ya está todo dicho. Está bien con las bandas que se asocian a la movida, pero creemos que puede pasar algo similar en cualquier otra ciudad, como antes pasó con La Plata y después Mendoza. Argentina es grande, debe estar pasando algo parecido en otro lugar en este momento.

El “indie manso” corrió el foco de atención periodística de la ciudad de La Plata, promocionada hasta el hartazgo como semillero de nuevas bandas que maduraron y volvieron a hacerlo en cada estación. Vino bien un refresh con los nóveles Perras On The Beach y Usted Señálemelo, y también la revalidación de pioneros como MAI, o las cantoras y compositoras Mariana Parawäy y Paula Neder.

Ahora la mirada parece tenderse paulatinamente hacia Córdoba, en el centro de Argentina.

ALGUNAS CANCIONES 

-Las líricas suenan más directas y osadas en este disco: “Si tenés estilo / deberías relajarte” sentencia “Nadie en la casa”.

“Si tenés aguante / deberías animarte / Si tenés estilo / deberías relajarte”. Lo cargábamos a Nico (sintes, violas y voces en MAI) porque le parecía que era mucho decir algo así, entonces le pedíamos medio en broma que se hiciera cargo y a la vez que nos hiciéramos cargo. El proceso de las letras fue más desprejuiciado esta vez, sin vueltas y lo que decimos no es desde un lugar solemne, evitamos caer en la solemnidad. No venimos a imponer una forma de pensar o hacer, no nos queremos poner en ese lugar. Que cada uno construya su historia con cada canción, que las viva a su modo.

-La “Batalla gigante” parece aludir a la sobredosis informativa de la vida moderna.

-Originalmente decía “Pantalla”, por la referencia a los celulares donde todos pasamos gran parte del tiempo, y no “Batalla”. Pero mi hijo de dos años y medio me pedía que cantara “la de la batalla”, y la verdad es que suena mucho mejor y así quedó.

-El contraste entre luz y oscuridad de “Loco trópico” suena esperanzador con eso de “La noche es larga y oscura / pero tus ojos brillan”.

-Esa canción la empecé en Bariloche, fui solo un par de días y estaba regresando de tocar en invierno, todo estaba oscuro y lo único que brillaba era el Nahuel Huapi: “El lago brilla en la nada / y ahora pienso en todo”.

En sus primeros discos había una presencia notoria del folclore argentino (basta citar “El extraño”, sentido homenaje a Atahualpa) ¿La capital hizo que se perdiera un poco ese carácter y disolvió la hibridez?

-No, claro que no. En este disco está muy presente, sólo que en otra forma. Antes era una presencia más rítmica y ahora es más tonal, aunque sobrevive todavía en la percusión, se nota, sigue estando ahí.

EL AMIGO EXTRANJERO

-¿Cómo fue el proceso de trabajo con Luke Temple? ¿Cómo dieron con él?

-A través del random de Spotify escuchamos los discos de sus proyectos y nos pareció alguien accesible. Lo seguía en Instagram y vi que además dibuja, pinta, es un artista. Había una cercanía y una posibilidad. Lo que llevamos al estudio salió totalmente diferente cuando terminamos la producción. La posibilidad de viajar y trabajar con alguien que te gusta hoy es un privilegio. En este momento nos hace sentir muy agradecidos.

-La mezcla estuvo a cargo de John McEntire, otro privilegio más.

-Sí, Tortoise es una banda que escuchamos mucho, como también durante años otros grupos en los que estuvo involucrado en la producción como Stereolab. Incluso vimos a Tortoise cuando vino hace un par de años y nos voló la cabeza. La posibilidad de que este disco suene con un aire a esas bandas es una locura.

-En septiembre visitarán Santiago de Chile. ¿Conocen el mapa musical más allá de la “nueva canción”?

-De Chile nos gustaría conocer más, ya que somos grandes admiradores de figuras del arte en general. Nuestras influencias son de Violeta Parra o Jara, pero también Bolaño, Neruda y Lemebel. Nos gustan mucho Los Prisioneros, Ases Falsos, El Cómodo Silencio. También Denver y Alex Anwandter. Todos tienen una belleza única.

-¿Y de Argentina, qué les copa hoy?

Las Edades, Amor Elefante, Los Besos, Anyi, Monotoro, Tobogán Andaluz y…¡mucho más!

-En otra vía, en las fotos de sus redes se los ve a los besos sin mezquinar.

-Alguien nos envió lo de “Todo beso es político” y nos mandamos a los besos entre amigos. Dijimos, ¿cuál es? Entre tanta mierda el amor es una respuesta.

-Esta es una pregunta que pueden responder si les cabe y es en relación a sus creencias. ¿Creen en algo? ¿En algún dogma, el universo, la naturaleza?

-En los niños, en su estado natural. En tiempos de tanta información, creo en la inocencia de la infancia, tenemos mucho que aprender ahí.

Quien interviene para completar la percepción es el percusionista y artista visual Leo Gudiño, también compañero de Mariano Di Cesare en El Príncipe Idiota: “Aunque suene a lugar común -muy a lugar común-, creo en la amistad, en mis amigos. ¡Por algo estamos en una banda que se llama Mi Amigo Invencible!”.

PRÓXIMOS CONCIERTOS

Dutsiland está en gira y MAI ya visitó La Plata, Córdoba, Santa Fe y Rosario. Este sábado 3 de agosto se presenta en Niceto Club de Buenos Aires y atención Santiago: el 14 de septiembre en Club Subterráneo y ya están disponibles los tickets aquí.

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