Entrevistas

El músico argentino Pol Nada estrena “Aparecido”

17 años han pasado desde la edición de Querés estar solo, el primer álbum de Pablo Jacobo, más conocido como Pol Nada. Con Aparecido, su séptima obra de estudio, inscribe una nueva estética sonora dentro de la folktrónica que podríamos aventurar como folklore dark, aunque muchas otras músicas se reúnen en su fogón. Bello, misterioso, hondo y coral. 

Por Ricardo Cabral

“Nada real podrá ser destruido. Elegimos el camino sensible pero fuimos descuidados. Pensábamos que las cosas del mundo siempre estarían ahí mientras alguien las viera. Pero el alma no es literal.”, escribe en su mini biografía el músico nacido en La Paz, una localidad del noroeste de Entre Ríos. Situada en la mesopotamia argentina, la provincia está delineada por dos extensos ríos, el Uruguay y el Paraná.

Aparecido escribe una nueva historia en el folklore digital o folktrónica sudamericana. La más difundida arista de este híbrido subgénero hizo pie en sus comienzos en los ritmos más prestos a la pista de baile, recobró tributos al carnaval andino, la cumbia colombiana y santafesina, entre muchos otros, y tuvo un puñado de íconos haciendo danzar a medio mundo. 

Los cultores originales desconfiaron un poco, no por el sabor a lo nuevo, sino a veces por algunas forzadas propuestas para pegarla en epicentros europeos, generar alguna moneda y toques en el exterior a costa de maquillaje y beats con bombo en negra. Otrxs artistas viraron hacia la contemplación, para honrar a los pueblos originarios, o recobrar ritos sagrados ancestrales. Con respeto y devoción. 

Fértil Discos se comprometió hace unos años en explorar el legado de las investigaciones de Leda Valladares y generó una obra preciosa, El camino de Leda, interpretada en vivo de manera maravillosa a través de duetos y tercetos, una alternancia plural entre artistas sonoros electrónicxs y voces femeninas tan poco revisitadas en escenarios de música popular, salvo por minúsculas excepciones, como La Charo de Tonolec.

Ahí estaba también Pol Nada, que ya transitaba el estreno de La San Llamarada, un homenaje a la obra de Linares Cardozo, músico, compositor, poeta, pintor y educador, cultor de la “chamarrita”, y autor del himno por adopción de la provincia, “Soy entrerriano”. Y le salió precioso, muy profundo y candoroso, melanco y a la vez iluminado. Tuvo su precuela con Pluma, un álbum de remixes plagado de colaboraciones excepcionales. 

Sin duda la obra sucesora entrañaba un desafío: los versos virtuosos tan caros al repertorio que conforman la identidad temprana de Pol, decantarían en una nueva perspectiva, que tomaría tiempo en alcanzar su verdadera forma. Y el proceso fue taciturno, trasnochado, atravesando la sombra hasta alcanzar la luz del amanecer. En el camino aparecieron figuras, espectros, aparecidxs que regresan a visitarnos para conversar y regresar en paz a su parnaso.

“He estado en estos caminos / mi sombra me guiará. / Mi fuerza mueve la estrella / debo dejarme llevar”

Pol Nada en “Despierto

-¿Por qué motivo titulaste “Aparecido” a tu último álbum? Podemos inferir en una escucha que ha sido cocinado en la trasnoche y está habitado por algunas figuras fantasmagóricas. Pero bien, seguro hay un poco más.

La figura del “aparecido” está muy presente en el litoral donde viví mis primeros años hasta la adolescencia. Es una figura mítica y poética. Pero también es sutil y abierta. Siento que la mítica y la épica del litoral en general son sutiles. En Entre Ríos se vive lo cotidiano con una intensidad particular. Me gusta pensar qué hay una épica silenciosa en despertarse cada mañana para tener un día con nuestro mundo y nuestros afectos. Y eso es algo que allá está muy presente.Pero bueno, la figura del aparecido recopila muchas de esas cuestiones que sentía que estaban presentes en la música y las letras del disco. 

Se relaciona con lo oscuro en un sentido amable. Es misterioso y a la vez es cotidiano. 

Se usa mucho en el pueblo para hablar de alguien que murió pero que está presente a su manera. Es una figura abierta a muchas posibilidades. Eso me pareció muy bello porqué es con lo que convivimos todo el tiempo. Las presencias no materiales que nos guían: el amor, los afectos, los recuerdos, el misterio. El aparecido abraza esas cuestiones y las trae de nuevo.

Por eso en los pueblos cuando alguien cuenta una historia de aparecidos sucede que el misterio y la sensación de familiaridad provocan fascinación y todos nos ponemos a escuchar. 

-En el disco hay muchxs convidadxs, ¿podés contarnos un poquito sobre lo más destacado en la elección de las colaboraciones? 

Las fui pensando desde lugares diferentes. A Javier (Casalla) y Barbarita (Palacios) los conocí a partir de la San llamarada (su álbum anterior) y tuvimos muchos bellos encuentros musicales y de amistad. Cuando terminé “Wind Gurú” surgió la posibilidad de agregar violas de Javier que le aportaron organicidad y oscuridad, al punto que borré teclados que tenía la canción después de que me envió las pistas.

Con “Imperio” pasó algo similar y después de terminarlo pensé en la voz de Barbarita. Ella por su cuenta , sobre el final comenzó a improvisar y elevó la canción hermosamente.

A Juana (Aguirre) la conocí casi finalizando el disco, escuché mucho sus canciones y entablamos contacto por redes sociales. Ahí compuse “Despierto” pensando en su voz para algunas partes. 

Los bombos de Camilo Carabajal y la voz de Pablo Dacal en el resplandor fueron un lujo que me quería dar. A Pablo lo sigo desde hace años, es para mí un indiscutido referente de la canción y Camilo lo es desde su trabajo como percusionista que escucho desde Tremor para acá. 

Con “Ave” pasó algo parecido que con “Despierto”, estaba la idea de la canción pero la terminé de componer pensando en María (Ezquiaga) . Quería que la canción tenga la sensualidad de su voz y a la vez mantenga el tinte gótico, oscuro y fue genial lo que conseguimos. 

Después hubo un trabajo que disfruto mucho de hacer con San Ignacio, que es producir en conjunto. Hacemos mucho ese intercambio con sus obras y las mías, trabajando uno sobre las composiciones del otro. Así que lo convoqué desde la admiración por su trabajo, y el  amor y pasión, y un poco de nerdeada que juntos le ponemos. Nacho además de coproducir “El resplandor”, fue un guía y consultor permanente durante la creación de todo el disco al igual que El Remolón, que además de ponerle esos sintes tan “El Remolón” a “Ayudame”; estuvo también presente en todo el disco, como consultor y también como director del sello. 

A Barda la convoqué para coproducir “Imperio”, porque es una de las artistas que más me interesan de la movida downtempo, quería que la pieza tenga un espíritu singular dentro del disco. Es una canción de lucha y me gustaba que el ritmo funcione como un soporte para darle movimiento. 

El Coro Folke llega a mí a través de Emiliano Navazo que era su director. Le conté la idea de que haya canciones donde lo coral sea la base sonora y se destaque por sobre lo demás. A partir de ahí trabajé muchas referencias y se las fui enviando, después armé muchas maquetas con mis propias voces y al final, pasé eso a partituras que era un trabajo que no hacía hace años. 

Fue hermoso, y el acompañamiento de Emi fue maravilloso y me permitió entrar en un universo que siempre sentí familiar por mi historia personal pero que nunca había observado desde adentro, tal es así que comencé a estudiar dirección coral el año pasado. Hay partes donde lo coral es lo que se destaca y otras canciones que son como destellos y gemitas escondidas en la canción que serán descubiertas por quien las busque. 

“Nuestro trabajo era hacer que las cosas se vean hermosas, pero el brillo está en el corazón. No es lo que ves lo que te deslumbra.”, sentencian las líneas que prosiguen la suerte de manifiesto biográfico del entrerriano.

-El sábado 9 de septiembre presentarás la nueva obra en formato banda y con algunxs invitadxs. ¿Nos adelantás acerca de cómo será la puesta?

Va a ser algo excepcional. Una apuesta muy fuerte con un coro de 12 cantantes. Diría que es casi un sueño creado a partir de imágenes que tengo hace mucho tiempo. Sucedió algo en estos últimos años que toqué mucho solo con clips de ableton, looper y otros recursos. Algunas fechas las compartía con Fer Bernstein y otras con Joaqui Bacharach, pero venía tocando mucho solo. 

Y tuve la necesidad de dar un vuelco fuerte, armar una banda de cero y convocar un coro para que las voces tengan la organicidad que logramos en el disco. 

Maravillosamente se armó un grupo increíble de trabajo y la banda tiene una potencia hermosa. San Ignacio en sintes y bajos, Nicolas Ridilenir en percus y octapad, Juli Capoduro en guitarras eléctricas y Wally Martin en el sonido. Volví a pasar a partituras los arreglos de voces, trabajé con el director del Coro de Garaje Demian Sieleky, y todo empezó a caminar de una forma muy potente. En algunos momentos vamos a ser 17 músicos cantando.  Una hermosa locura. 

También estamos diseñando una puesta tremenda en lo visual con Mauro Panuncio, Gabi Cipriani y amigos que nos ayudan, porque al ser tan independiente y autogestivo todo sería imposible sin este grupo que se armó. 

-¿Por qué decís que es un disco para inventar respuestas?

Me interesa la idea de pensar la música y los discos de canciones como una invitación. Sobre todo a una conversación con otros. Realmente es el único sentido que le encuentro. 

Es importante y bello para mí cuando me encuentro con un trabajo, un disco o una película que dejan que con el tiempo aparezcan lecturas o sensaciones que no pude leer en el primer contacto.  Cuando hago música trabajo mucho para dejar algo de eso circulando. Y en ese sentido me parece importante “no resolver” todo. Es importante para mí  no entregar todo cerrado o digerido. 

Tiene un riesgo pero siento que es importante esa apuesta, dejar que quien lo escuche, con el tiempo pueda hacer un recorrido, descubrir cositas del disco que están ocultas, muy profundas, y provocar respuestas y nuevas preguntas. 

-Una de las canciones más poderosas del álbum es “Wind Gurú”, en la que te acompaña en violas Javier Casalla (Bajo Fondo, Barbarita Palacios) y el platense Coro Folke. ¿Qué entraña su lírica? Se percibe un carácter de elevación al escucharla.

WG es una canción sobre las transformaciones. La figura se mueve entre extremos en varios momentos durante la canción y va desde lo sutil a lo épico durante los minutos que dura la música. También hay algo de lo pretencioso que me interesaba que se manifieste. Una voz diciendo “Soy Dios” es en sí mismo una figura pretenciosa. 

Esa idea quería que esté, pensando que en cierto sentido vivir esta vida es en sí mismo algo pretencioso, y me parece hermosa e imprescindible para lo cotidiano. Me refiero a la pretensión de crear sentido en un universo que todo el tiempo nos explica que esas cuestiones son cosas nuestras, de los humanos, y sólo nos importan a nosotros. Es como decir, bueno “eso es así, está bien”, y sigo con esto que empecé aunque el universo esté en otra.

Veo en esa decisión una belleza que es necesaria y que nos hace vivir y crear poesía aun cuando no haya ningún indicio de que eso sirva para algo. Y épica, porque hay una entrega por algo que no entendemos del todo; en cierto sentido es la entrega y la idea de la épica mítica del guerrero. Seríamos como los Guerreros pretenciosos de lo cotidiano, jaja.

Pol Nada presenta Aparecido el sábado 9 de septiembre en Xirgú Espacio UNTREF, Ciudad de Buenos Aires.